SOCIEDAD SECRETA

Uno tiene sensaciones extrañas, en ocasiones. Pensamientos rarunos. La cabeza, que no para. Se imagina tonterías y empieza a creérselas. Debe ser el poder de la mente, o quizá el de otros órganos, que se acaba subiendo a la cabeza.

Yo ahora tengo el convencimiento de que si me cruzara con Jacques Serguine por la calle, en un bulevar atestado, instantáneamente nos reconoceríamos. AL cruzarnos y seríamos conscientes de compartir una pasión. Sin necesidad de saludo, de parar, de presentarnos. La sensación de que quienes están en este rollo, colega, nos entendemos, nos reconocemos. Pasaríamos de largo, no obstante, cruzando apenas una mirada, una levísima sonrisa cómplice y si acaso un gesto mínimo que pasaría desapercibido a cualquiera. Puede que una leve sonrisa educada, apenas cómplice y nada más. Él marcharía con su secreto a voces y yo con el mío.

Y es que si los gays, los campistas y los trekkies se reconocen no sé yo por qué a los admiradores del culo en sus múltiples manifestaciones no nos va a suceder lo mismo. Sociedad secreta global, sin estatutos, sin federaciones, sin sedes pero con pasiones.

EL CULO DE LA DOCTORA

Hay dos clases de Doctoras. Una es escuálida, levemente anoréxica, claramente neurótica, completamente pálida y en muchas ocasiones vegetariana. Siempre lleva la bata cerrada.

La otra, menos interesante, es más ancha y sanota, carcajeante, comedora de grasas, folladora de primera cita y lleva la bata abierta. Como ya fue dicho, en la felicidad no hay historia; sólo hay un modo de ser feliz como sólo se es bueno de una única manera, y sólo nos distinguimos unos de otros en nuestra forma de vivir la infelicidad. Y en los culos sanos, felices, disfrutadores, apenas hay historia. Read More

SESUDOS ESTUDIOS

Todo el mundo tiene culo al igual que opinión. Lo que es menos frecuente es tener opinión sobre el culo. Y cuando digo opinión no digo gustos, deseos o pasiones. Tampoco me refiero a pareceres o convencimientos. Hablo de juicios fundados en sólidas experiencias y sesudos estudios, aunque se hallen teñidos, eso si, de un sereno entusiasmo en su exposición. Por eso paso el dedo por la goma de su braga y medito sobre curvas, temperaturas y pendientes. Fórmulas matemáticas, trigonométricas, cuyas sutilezas percibe la mano y busca la vista pero que de ordinario escapan al cerebro, ocupado en otras cosas, en goces más superficiales. El gozo del ojo que se desliza desde el cuello, recorre la espalda y en su descenso asciende el inicio del culo sólo para dejarse caer es una gráfica en la que pi, esquivo y mimoso, se acerca y aleja. El círculo, figura pitagórica perfecta, se ve refutada por esas aproximaciones, por esas formas que si se acercan al valor de la constante es para luego alejarse, inconstantes, como las mujeres.

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EL CULO SOLITARIO

El culo solitario pasa y muere. Lentamente se va acostumbrando a la indiferencia, a la distancia. El culo solitario gira la esquina y cae en el irremediable olvido. El culo solitario acaba como el farero, lejano y olvidado, pero sin vistas al mar. Y al igual que del farero nos acordamos cuando, ya muerto, se convocan las oposiciones para cubrir la plaza, del culo solitario nos acordamos cuando aparece otro culo en el horizonte con una braga blanca como una vela alegre, curva y tensa por el viento.
Y es que, como los bebés que en los orfanatos mueren sanos sin faltarles nada salvo amor, los culos mueren por falta de cariño. Un culo sin atenciones morirá irremediablemente. El culo inclusero y solitario es un culo muerto, muriendo, o en el camino a la muerte. Sin un ojo atento que lo siga, sin una mano lasciva que lo resiga, sin palabras que lo acaricien, es un culo mustio y mohíno.
Un culo así es un culo triste aunque cada uno a su manera, como las familias, que son infinitamente originales en sus desgracias. Eso sí, los ves a lo lejos y no hay otros culos ni otras manos cerca, ni siquiera a lo lejos pero en ruta de colisión. Cuando pasan no hay miradas de esas que impactan en los culos como azotes o suspiros que resuenan como silbatos de afilador.
Éstos son culos como cóndores, que vuelan alto y solos en capas frías de la atmósfera, lejos del radar. Están, cómo no, pero como si no estuvieran. Esos culos a veces bajan pero, como el cóndor, se colocan en un risco, para huir volando sin esfuerzo dejándose caer desde lo alto, como se lanzan a las piedras los fareros, hartos de mirar el mar soñando en navegar, aprovechando ese instante oscuro entre destello y destello.

GÉNESIS

Y al principio fue la nada. Y ella se hizo carne. Nueva, temblorosa y temerosa. Y Él dijo: Ábrase la carne y la carne se abrió. Y, como una fruta fresca, se abrió la carne y la herida, y el pozo de la unión y la perdición fue revelado al hombre. Y a las curvas del valle del culo las iluminó la luz del sol. Y la luz que no era nueva a todos los allí congregados pareció nueva. Y el aire, que era viejo y rancio, fue por todos sentido como fresco y fragante. Y Él pensó: Esto es lo que quiero, y es bueno y agradable, y un regalo y una tierra prometida. Y la carne abierta e iluminada a la vista de los hombres, temerosa y azorada, tembló y ellos, temerosos y azorados, temblaron con ella. Y Él dijo: No sintáis temor, sois la carne y el ansia, las curvas y las líneas elegidas. Yo os ofrezco la alianza eterna. Si así me aceptáis en vuestra alma y cuerpo y obráis según mi deseo hollaréis el paraíso y seréis hollados en él. En vuestro interior brotarán dulces manantiales de leche tibia y oiréis vuestras voces balando como corderos. La carne se ensanchará y con ella tu alma. Entrégate. Yo desharé el nudo que te aferra y te abrirás a Mí y correrás, por dulces prados. Y diciendo esto Él ungió su dedo con óleo y acercándolo a la carne y lo acarició y una calma maravillosa la atravesó y conoció la gracia y supo que era bueno y su alma no se saciaba. Y en la carne y atravesándola sintió la alianza prometida y el paraíso y deseó sentir brotar los manantiales de leche y el éxtasis de la unión. Y entregándose sellaron la Alianza prometida. Y los manantiales del paraíso se desbordaron en su interior. Y ambos se hallan desde entonces unidos en la tierra prometida y ambos son Uno.

CON CONDÓN

Un día de marzo, en un burdel en Nueva Orleans, una negra del oficio me habló y cambió mi vida. O mejor, el mismo Dios me habló usándola a ella como instrumento, y cambió mi vida. O cambié yo y mi vida, ese tiempo que arrastramos, cambió conmigo.
Como Dios nunca me había hablado antes en un primer momento no presté atención. Me cogió por sorpresa. Aunque tengo claro que Dios tiene una cierta preferencia por las putas siempre pensé que era un interés muy abstracto. Una cosa como parabólica o metafórica. Que le daban juego como símbolo de algo. El caso es que me pilló a contramano que me hablara esa puta y no fuera realmente ella sino el mismo Dios. Y además, la hora que era. Uno se imagina que Dios da sus mensajes a las doce del mediodía. La hora del Ángelus, de las ceremonias importantes, de las bodas reales, las misas mayores y tal. A las cuatro de la mañana y en una casa de putas lo último que uno espera es que le hable Dios. Ni Dios ni nadie. Si te llaman a las cuatro de la mañana y te dicen que has ganado el Nobel cuelgas. A las doce del mediodía, a nada que seas algo crédulo como yo, hay una posibilidad de que tragues. Das las gracias humilde y educado y preguntas “pero hay que comprar algo” o “lo mandan a casa”. Las doce del mediodía es una hora seria, adecuada para mensajes serios. De los que te cambian la vida. Si das esos mensajes a las cuatro de la mañana y no te atienden, no te quejes. Read More

ESE CULO

La magia de la fotografía me permite mirar un culo, ése culo, mientras escribo. Antes escribir mirando un culo era privilegio de unos pocos. Quizá algún rico libertino podía permitírselo. Trabajar así estaba reservado a pintores y escultores. Entonces llegó la fotografía para revolucionar la civilización y democratizar el culo esparciendo miles de copias, poniéndolo al alcance de cualquiera. En ocasiones llega esto a un punto en el que es imposible evadirse de la contemplación de algún culo, de tantos que se han retratado y reproducido.
La democratización del culo, que se vean por todas partes a todas horas, pudo llevar a pensar que se iba a quitar hierro al asunto. Que nos íbamos a acostumbrar a enseñarnos el culo los unos a los otros continuamente. Pero no ha sucedido así. Porque los culos retratados casi siempre son culos estupendos, excelsos y superlativos. Redondos, tensos. Culos que se alzan, orgullosos pero serenos, sobre dos piernas de campeonato. Culos de curvas perfectas trazadas a compás y bigotera. Culos de concurso y premio. Y lo que se ha producido es el efecto contrario. Nadie enseña el culo porque andamos todos temerosos de salir malparados de la comparación. Read More

EL CULO DE LA MUJER INVISIBLE

El culo de la mujer invisible es invisible, como la mujer misma. Se discute sobre su existencia con agudos e imaginativos argumentos a favor y en contra pero, como con el sexo de los ángeles o la tumba de Jimmy Hoffa, finalmente, cuando la polvareda se posa, queda al descubierto que nada cierto se sabe. El acuerdo de los acalorados polemistas sobre la inexistencia de prueba sólida alguna suele suceder ya rebasado el límite temporal de lo sensato y más o menos a la hora de comer. Aprendiendo de la experiencia ajena, y saltándonos así estériles diatribas que nada aportan, podemos decir ya, sin más preámbulo, que el culo de la mujer invisible no existe. Éste es un sólido comienzo y posiblemente un adecuado final para una indagación científico-técnica. No obstante, a los solos efectos polémicos y a los fines de este estudio, que advierto carece de seriedad y aún de intención alguna, podemos afirmar rotundamente y siguiendo a Wittgenstein que todo lo pensable puede ser expresado, ergo sobre el culo de la mujer invisible podemos hartarnos a hablar. Read More

NO ME OLVIDO

Una braga pequeña, minúscula, apenas una braga. Una braga así es un adorno más que un amparo; un acento y no una prenda. Una tirita, el parche de un pirata, una pulsera, una pajarita o el lazo de un regalo. Sus costuras ponen entre paréntesis la raja del coño. Lo tapa para señalarlo y lo destaca; lo descubre, triángulo rodeado de tanta piel. Una braga minúscula es para ser vista, para verla y enseñarla. Esa minucia que tapa pero no oculta es para mostrarnos el coño, la entrada, esa herida. Para que el mundo sepa que existe, que está ahí, que no nos olvidamos de él, que tú no te olvidas, y que yo, por supuesto, no me olvido

LA COMPLEJIDAD DE LA TAREA

El coño es tan femenino. Tan antiguo. Quiero decir, es tan poco claro, tan confuso y contradictorio. Tan multiusos. Son capas y capas que se solapan y lo que parece ser no es. El coño es un revoltijo barroco que exige de quien a él se acerca un especial interés y atención. Y en esta época en la que buscamos información inmediata y entender rápido, el coño se torna misión imposible para quien no ponga los cinco sentidos. Es todo arqueológico y cavernario, lo exterior oculta un interior que nada tiene que ver, la forma no permite adivinar su función. Sus muchas funciones. Lo que pudiera parecer un cuero grueso es la zona más sensible y viceversa. La entrada está lejos del timbre de llamada y éste escondido bajo un capuchón. Esas volutas churriguerescas y tenebristas abruman al neófito. Tiene tiempos lunares y mareas inexplicables. ¿A quien se rinde culto en este templo? ¿Es obra de dios o del diablo? se pregunta el visitante. Y es que el coño, que es todo misterio y preguntas, exige estudios. Antes bastaba con una FP, habilidad manual y un poco de teoría. Hoy eso no llega. Aumentan las exigencias, se elevan los estándares, suben las apuestas. Hoy que se publican páginas y páginas sobre el coño, que su bibliografía es enorme, un individuo sensible y responsable temblará al enfrentarse a la complejidad de la tarea. Antes con ser poeta prometedor o sensible hacendado, era suficiente, ahora hay que añadir las habilidades de un ginecólogo superdotado. Entender el coño se va tornando, así, una tarea imposible. Ni las mujeres entienden ahora a sus coños caprichosos, y acaban presas de su propia trampa. La preferencia por los coños depilados se explica, al menos en parte, por este vértigo. Una visión clara del reto ayuda a reducir la sensación de caos biológico, de despropósito geográfico, ayuda a orientarse en ese trampantojo tridimensional. Read More