MI LATA, MI TREN

Mi lata de merde d’artiste está a punto de caducar porque el tiempo pasa y pesa también para los artistas de mierda. Los subjuntivos se acumulan como el colesterol. Como las arrugas y las cicatrices, el polvo debajo de las camas y en los aladares las canas. Pasan los días, sorprendentes unos, anodinos otros y el resto sin adjetivos, sólo los suceden o preceden. Pasan los años y los cumpleaños y el recuerdo de que la tierra gira alrededor del sol es sólo eso, un recuerdo. Ya no me bajo en las estaciones y las miro, escéptico, desde la ventanilla. Va rápido y sube quien yo quiero, a mi tren.

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