APOSTILLAS A LAS INSTRUCCIONES PARA IRSE

Publicadas en el CHOPSUEY FANZINE ON THE ROCKS las INSTRUCCIONES PARA IRSE, deconstrucción de una acción aparentemente simple, a las tesis allí expuestas se hicieron agudos comentarios y opusieron interesantes objeciones. Todas ellas, las que comparto y las que no, añaden sutileza al análisis inicial. Aquí las comento, asumiendo unas e intentando refutar otras.

PIRATAJENNY y HOLMESS afirman que la muerte ha de ser considerado un irse. Discrepo. En primer lugar irse no exige el presupuesto de vida, puesto que la Roomba, el mejor amigo del hombre soltero, ejecuta el irse con desparpajo y de tal máquina no es predicable la vida. Tampoco todo lo vivo es susceptible de ejecutar la acción, véase como ejemplo en el reino animal el percebe y el árbol en el vegetal. Así resulta que, como se decía, irse exige “una cierta complejidad”, a falta de un mejor concepto.

Si la avería fatal, trasunto de la muerte, no es suficiente para que se considere que la Roomba salga del aquí para situarse en un no-aquí, tampoco la muerte del ser vivo que tenga capacidad de desplazarse producirá un desplazamiento del aquí en el que se halle a un no-aquí.

Un ser vivo capaz de ejecutar la acción de irse, situado en un aquí, podría formular la hipótesis de PIRATA y HOLMESS. La muerte es un irse. Sería sólo una hipótesis que cualquier observador podría desmentir al advertir que exactamente tras la muerte del sujeto éste sigue estando, muerto, en el aquí, sin ejecución de desplazamiento alguno. El observador vería, como indica PERROANTONIO, un cambio de estado de una máquina térmica.

Un sujeto observador con empatía, es decir, capaz de ejecutar en sí los procesos de la teoría de la mente tal y como la expone Baron-Cohen, ante la muerte del sujeto agente, podría usar el lenguaje metafóricamente y considerar que éste, al morir, se ha ido. Pero esa afirmación estaría teñida de la misma subjetividad que la hipótesis mencionada del agente que se plantea su muerte. Ese observador se estaría poniendo en la situación del sujeto agente.

GENGIS KANT plantea el haberse ido o el llegar a irse. Un observador, llegado al caso, podría tomar por cierto que, estando un sujeto en el no-aquí, ha estado antes en el aquí. Esto es lógicamente posible, baste mencionar lo expuesto en “Bertelmann’s Socks and the nature of reality”.

Dr. Bertelmann likes to wear two socks of different colours. Which color he will have on a given foot on a given day is quite unpredictable. But when you see (fig 1) that the first sock is pink you can be already sure that the second sock will not be pink. Observation of the first, and experiencie of Bertelmann, gives inmediate information about the second.

En determinado casos el observador, advirtiendo que el sujeto está en no-aquí, puede deducir con certeza que antes estuvo en el aquí y, por ello, ejecutó un irse. Ello exige, no obstante, ciertas condiciones iniciales que no siempre se producen.

Respecto del llegar a irse, puede, mutatis mutandis, aplicarse lo de los calcetines. Hay aquís que no permiten, por su propia esencia, un estar indefinido. El observador de un avión en un punto determinado del cielo puede formular la hipótesis de que se moverá de ese allí en el que está en la confianza de que, en un elevadísimo porcentaje de los casos, ese irse se producirá.

Más dudas plantea lo expuesto por el mismo GENGIS KANT sobre la literatura. En tal formulación al sujeto imaginado del irse, el personaje, le falta la complejidad necesaria para irse. Por muy complejo que nos parezca, en realidad carece de ella. El personaje es ido por el autor. Sólo en la mente del observador se produciría la impresión del desplazamiento en que el irse consiste, pero en la realidad éste no se habría producido.

Entrar en lo imaginario trae a la atención el interesante supuesto de seres complejos existentes en un mundo virtual. Un sujeto virtual, pongamos un virus informático capaz de duplicarse y transmitirse de un sistema a otro, cumple todos los requisitos exigibles al sujeto real. Cabe la duda de si los aquí y no-aquí virtuales y el movimiento del disco a la memoria, por ejemplo, suponen un irse calificable como tal.

Entiendo que la respuesta ha de ser negativa. Un ser virtual no se mueve, se copia a otro lugar. Estando en el aquí hace una copia de sí mismo en un lugar no-aquí. Para dejar de estar en el aquí, el sujeto virtual duplicado, desde el lugar en el que se encuentra en el no aquí elimina al original que ha quedado en el aquí. Nos encontramos así que hay sujeto complejo, hay posibilidad de un aquí y de un no-aquí, pero no se ejecuta un irse, sino una duplicación y una eliminación del original. No hay desplazamiento.

Completamente de acuerdo con la puntualización de GENGIS KANT referida a que el aquí no exige ser mayor que el sujeto de irse, basta, efectivamente, con que sea igual en tamaño y necesariamente distinto.

E igualmente de acuerdo con todo lo dicho por GENGIS KANT al respecto de la irrelevancia, para la deconstrucción de irse, de las circunstancias del allí, basta la determinación del no-aquí que incluye, como en el comentario indica: “El allí, respecto a cada movimiento concreto, es exclusivamente el lugar al que se llega; el no-aquí, también aquél por el que se pasa.”

2 thoughts on “APOSTILLAS A LAS INSTRUCCIONES PARA IRSE

  1. Muy apreciado mgaussage, su inventiva no tiene límites. No contento con todo lo que dijo, y además tan bien dicho, sobre el único modo ontológico de irse, ahora lo amplía con su comentario sobre los viajes discontinuos, ésos que se hacen radicalmente a saltos.

  2. Herr Kant, muy agradecido por sus sugerencias y comentarios. Sólo intentaba dejar apuntada la idea de que en muchas ocasiones hacemos cosas extremadamente complejas con un pasmoso desparpajo, por ejemplo irnos.

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