QUERIDOS REYES MAGOS

Hace muchos años que no os escribo y he descubierto que cuesta retomar vicios abandonados, tanto como abandonar los asentados. Pero es tiempo de crisis y la Navidad nos pone emocionalmente febles, así que por pedir que no quede.

En primer lugar tengo que decir que todo es mentira, salvo alguna cosa. Que el perro se comió mi contabilidad B. Que mis intenciones eran buenas y no lo vi venir. Que son ellas, que se visten como trabajadoras del sexo víctimas de la trata de blancas. Que nadie me leyó mis derechos y no sé dónde están. Que las intenciones no se juzgan y esos guasap fueron obtenidos ilegalmente. Y que todo esto es bastante para una duda razonable y no merezco carbón.

Entrando en materia, mi lista para el año que entra. No pido paz, que es imposible. Ni armonía, que sería un coñazo políticamente correcto. Ni que se acabe el hambre en el mundo, que ya tenemos a Miss Universo trabajando en el tema. Quiero cosas sensatas. Despertadores que no encabronen al sonar; más calentamiento global, del bueno; wáteres que vacían la cisterna automáticamente; zapatos con hebilla en el tobillo para todas las mujeres, y minifaldas; baterías de móvil que duren un día; playas nudistas y marcas de bikini, aunque sea contradictorio; encontrar sitio para aparcar y mesa en los restaurantes; beneficios, empresariales y de la duda; menos política y policía y más polifonía y poligamia; dos libros buenos, dos películas buenas, dos anuncios buenos; enfermedades que no duelan y si toca morir que sea de repente.

Sin más, a la espera de vuestras noticias,

MGaussage

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