EL HIATO – Dos

Se ha muerto Kenny Rogers a quien yo sólo conocía por The Gambler. Como dijo alguien: últimamente se está muriendo mucha gente que no se había muerto antes. Esto seguro que significa algo, lo que sea, pero se me escapa. Son estos días de encierro, momentos de parada y reflexión, parcial, no como la de Kenny, que ya es la definitiva. Me malicio, no obstante, que resultará más provechosa la nuestra que la de él. Si somos capaces de aprender algo igual nos quedan unos días para ponerlo en práctica. Some advice, son. La vida, que es una partida de cartas según el amigo de Kenny, seguramente un trasunto de él  mismo, hay que tomársela como va viniendo, decidiendo sobre la marcha, y ya se verá al final. You got to know when to hold ‘em,know when to fold ‘em,know when to walk away,and when to run.You never count your moneywhen you’re sittin’ at the table. There’ll be time enough for countin’when the dealing’s done.

Por si muero, por si muero pronto, me he puesto a ordenar mis cosas. He empezado a vaciar las botellas que tengo empezadas, oporto mayormente y algo de Lagavulin. Morirte dejando cosas a medias me parece una falta de deferencia para y con los que se quedan. Los deudos. Llevo, por eso, un estado de ánimo impreciso, entre desinhibido y melancólico, que me ha quitado las ganas de ordenar papeles. El viernes 13 de este marzo que es para olvidar huí de Sevilla en un coche alquilado apresuradamente. Acabé mi juicio y salí de allí tan rápido como pude. Habría robado un caballo, como Kenny Rogers en alguna de sus películas malas, pero no resultó necesario. Casi mil euros me pedían por un Fiat 600, se ve que oferta y demanda funcionan cojonudamente en Sevilla. Al final después del regateo quedó, sin depósito, sin one-way feey sin no sé qué otra cosa en algo asequible. Por dos euros más me ofrecieron el menú extra grande y al final viajé en un WV Polo. Al pasar por Mérida me acordé de Ximeno y pensé en localizarlo y conocerlo, cosa que me apetece, pero uno no huye y se para a tomar cañas o a comer. Sólo si uno es Clyde, que vivió huyendo, se para a beber whisky con amigos en plena huida. Queda para otro día, me dije sin contar con él para nada, dando por supuesto que le apetecerá, que quién sabe. 

Al llegar a Bejar, al subir esa larga pendiente para llegar a Bejar en la que el Polo se asfixiaba en quinta y que por ello se hizo eterna, me acordé de JL. Me había llamado el martes anterior y me pilló en Barakaldo, entrando en sala. Estamos enterrando a mi hermana, me dijo, en Béjar. Se asfixiaba el Polo y me asfixiaba yo también un poco al acordarme de M. y de lo pijos que éramos, concienzudamente diría. Teníamos 18 y nos íbamos al bar del Tirol en Marqués de Urquijo donde un camarero con chaquetilla blanca de maitre con galones verdes nos servía negronis en aquellos sofás de cuero. Hablábamos de yo qué sé, de casi todo, haciendo como que éramos muy modernos, mucho más que todos los demás, que eran supermodernos. M. se ha muerto y aunque hace mil años que no la veía, treinta quizá, se ha muerto la bejarana con la que bebía negronis en el Tirol. Todo se acaba, y la última vez que pasé por allí ya ni el Tirol se llama Tirol, así que las malvas del tipo de la chaquetilla con seguridad estarán ya marchitas. Con 55 se ha muerto M. que es la edad que, creo yo, mueren los Nexus 6, los que brillan mucho desde jóvenes en casi todo y a los que el creador, todo tiene su precio, les concede menos tiempo. No se puede tener todo. No podemos tenerlo todo. En algún momento tuvimos juventud, cierta belleza, la sensación de inmortalidad y, una noche de mayo, un negroni en la mano. Pero esas cosas pasan. Y últimamente, además, se está muriendo gente que antes nunca se había muerto. Igual aprendemos algo, pero no sé. Arriba los corazones.

3 thoughts on “EL HIATO – Dos

  1. Ya he dicho en otra parte que me encantaba. Lo que me parece mejor todavía es que estén todos estos Hiatos juntos, para poderlos imprimir seguidos, y llevarlos a encuadernar, en piel, y tamaño Din A4, como tengo ya «La línea Imaginaria», y lo del Chop Suey 3D, y lo de la Lamprea… Aunque no durarán mucho más que yo, que la tinta acabará horadando el papel, emborronándose, y así.
    También tengo encuadernado de ese modo, «Acotaciones», de Gomez, pero es que Acaba de salir por fin en forma de libro. Y con lo que me cuestan mis encuadernados efímeros ( efímeros por muy cosidas con diente de perro que estén las hojas ), me daría para comprar un montón de libros y regalarlos por Navidades…
    Gracias, en cualquier caso

  2. Viejecita, me dispensa Vd atenciones aje quizá no merezco. Espero conocerla algún día y agradecérselo.

  3. Esa sensación de coche con asma es aún más fuerte con los híbridos, esos coches pensados para hacernos olvidar el placer de conducir y culpabilizarnos cuando se incrementa el consumo cienkilométrico. Un Negroni a su salud y en recuerdo a su amiga Bejarana.

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