HACER COMO QUE ENTIENDES

No se desfríe un huevo, no se desanda el camino y no se desama. Nada vuelve atrás y si hay ejercicios mentales que ayudan a fijar un recuerdo no hay nada que podamos hacer para acelerar el olvido. Porque los verdaderos problemas, los que no son contratiempos, nunca se solucionan. Los problemas se superan. O quizá no. Comer el huevo y buscar otro, correr en la misma dirección o en otra, encontrar otro amor o no encontrarlo y morir solo. En todos estos casos, siempre, sólo queda esforzarse por obviar los sentimientos, intentar analizar los hechos, hacer como que entiendes lo que ha ocurrido y presumir de que sabes asumir la cicatriz. Que aún sangra. Ser más sabio. Más viejo. Y siempre a costa de conocerse algo mejor, de descubrirse mediocre, egoísta, zafio y poco sensible.

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