MUY HUMANO

Cumplir años es, con el alto grado de certeza de los impuestos, morirse un poco. Yo los cumplo en plena campaña del IRPF y siempre acabo dándole vueltas al borrador de mi vida. También es verdad que al final lo confirmo un poco desanimado, con ese convencimiento de la desgracia inevitable, con la certeza de que ahorrar un euro o mejorar una pizca exige un esfuerzo para el que no estoy dotado. ¿Por qué razón habría yo de darle vueltas si no voy a hacer nada? La respuesta está en que preocuparse y no actuar reúne la racionalidad que nos hace humanos con el merecido descanso que la civilización promete. Y yo soy muy humano y civilizado, si lo miramos con esa vara de medir.
Recordar cosas las distorsiona, lo cual también es muy humano. No sólo se van detalles y se añaden otros, lo cual ya es cabrón, sino que también se empeña en funcionar como las influencias literarias. Cualquier cosa de cualquier tiempo pasado es antecedente e inspiración. A un fracaso o una alegría de hoy encontramos causa no sólo en lo que ocurrió ayer sino en el más remoto pasado. Así la razón de éste dolor de cabeza puede estar de las muchas copas del sábado o aquella caída de bicicleta en el instituto en la que te golpeaste la cabeza. Depende un poco, un poco, de lo delirante del día.
Otra cosa que es muy humana es hacer y decir tonterías. Eso es lo que nos une a los delfines y a los monos, que se dedican a hacer tonterías en el mar y en los árboles y sentimos, de inmediato, un no sé qué interior. Un reconocimiento mutuo en la estupidez interespecies, un no estamos solos. Si bajaran o bajasen los extraterrestres como los pintan en novelas y películas seguiríamos pensando que no hay vida inteligente en el universo. Al menos hasta que probaran cumplidamente ser unos memos medio retrasados llegando aquí por casualidad, perdidos por culpa de un piloto que restó donde había que sumar, o en un aterrizaje de emergencia, porque se quedaron sin combustible. Ahí si, veríamos claramente a la humanidad.
Es muy humano, también, no decir las cosas claras. No decir, por ejemplo, tengo hambre, quiero más, sube al coche, bájate las bragas, estamos perdidos, vete, ven, me gusta, no quiero, yo ya. Y así.

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