UN INTENTO FALLIDO

Al escribir imaginaba sus escenas en lugares en los que siempre hace calor. Playas soleadas, saunas, hospitales, desiertos, cocinas. Esta extraña incapacidad para imaginar nada en un lugar gélido, nevado o simplemente frío lastra mi prosa, me decía. Sus personajes sudan acalorados o simplemente disfrutan de un ambiente agradable, siempre en manga corta, en bañador, bermudas y así. La ausencia de un abrigo, por ejemplo, de una manta, de una fogata en el bosque, de escalofríos en una noche invernal, parece tontería pero es un hándicap insuperable. Decía Confucio, o quizá Descartes, que la miseria con calor es menos miseria, y basta mirar el mapa de la distribución del GDP (siglas de Gross Domestic Product) para advertir correlación, que no es causalidad pero a veces se parecen como un cojón a otro cojón. Pues lo predicado por el sabio indefinido respecto de la miseria lo es igualmente de las penas. Sonreía triste al decirlo, desanimado. Las penas al calor se derriten, como la manteca al horno. El dónde hay calor cabe desesperación, cabe angustia, cabe exasperación, miedo y envidia y cabe también odio, pero pena, lo que se dice pena, esa pena negra, larga, oscura, que transita las almas de los personajes que recordamos, eso no cabe. Ni cabe ni se imagina. En definitiva que le estaba vedado, sostenía, por siempre y para siempre, la novela porque una historia sin el penar de los personajes no es nada, un folletín, un cuento, un intento fallido a lo sumo. Quién trasciende en bermudas, en bikini, con un pareo o una guayabera, decía moviendo los brazos. La respuesta es nadie porque los desesperados son personajes siempre incompletos, a la busca de algo, como los envidiosos. Pueden dar pena pero no la sienten, matiz de importancia. Son gente que ni puta idea de sí mismos ni esperanza de tenerla, muy al contrario de los pesarosos dolientes que, sabiendo y sabiéndose, resultan redondos a la pluma y han dado siempre páginas de gloria a la literatura. En fin, que esa limitación, tonta, diríamos a priori, le impedía no ya culminar sino comenzar a pergeñar una historia que mereciese la pena. Una pena.

3 thoughts on “UN INTENTO FALLIDO

  1. Excusas de mal pagador¡
    Solía decirme mi viejo cuando le decía que no podía con alguna labor.
    Tenía razón el jodido.
    Las escenas de Apocalipsis Now, son sudando tragedia por todos los poros.

  2. Los artistas son así. Gente sin principios, ayunos de guía moral y refractarios a la ética del trabajo.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.