«Y si lo queréis ver, leed a Plinio, que trata de muchos; y así dice por autoridad de Crates Pergameno, que en el Helesponto hay unos hombres que llaman Ofrogenes, que sólo con tocar a los heridos de las serpientes los sanaban, y poniendo la mano encima de la herida echaban fuera la ponzoña. Y Varrón dice que en la mesma región hay hombres que con saliva sanaban las mordeduras de las serpientes, y podría ser que fuesen todos unos. Isígono y Nimfodoro afirman que en Africa hay ciertas gentes que aojan de tal manera, que todo lo que miraban y loaban con afición, perecía, y los árboles se secaban, y los niños se morían.
Y el mesmo Isígono dice que en los Tríbalos e Ilíricos hay cierto género de gente que en mirando a algunos con ojos airados, si se detienen mucho, los mataban, y que estos tenían en cada ojo dos niñetas; y Solino cuenta lo mesmo de unas mujeres que había entre los Scitas. De Pirro, rey de los epirotas, dice Plutarco en su vida, que tenía tal propiedad o gracia en el dedo pulgar del pie derecho, que a quien quiera que tuviese mal de bazo, tocándole con él, sanaba luego, y otros autores dice que también sanaba de otras enfermedades.»
–Antonio de Torquemada. Jardín de flores curiosas.
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LAS MÁS
Hay cosas que no tienen remedio, y son las más.
—Mariano José de Larra
NOBLES PERO INFANTILES
«Y yo, que he estado en América amigos míos, yo que conozco aquellas mentalidades nobles pero infantiles, os digo que España se conoce en América a través de Andalucía. ¡Ah!, pero entendedme bien, no es que no amen como se merecen a estos pueblos castellanos de ejemplar raigambre… Es que la fama de nuestras corridas de toros, de nuestros toreros, de nuestros gitanos y sobre todo del cante flamenco, ha borrado la fama de todo lo demás y buscan en nosotros el folclore.»
-Manolo, un hombre de mundo.
DECONSTRUYENDO UNA ENTREVISTA
–Vamos a acabar en seguida. Usted es un hombre inteligente –dijo uno de los omnipotentes habitantes de las oficinas que precisamente mostraba hacia él una simpatía más desbordante, una sonrisa especialmente acogedora, una magnanimidad más fina y providente.
Pedro se volvió hacia él interrumpiendo la búsqueda de otras fuentes de simpatía ya que ésta, al parecer más decisiva, con tan especial abundancia sobre él se derramaba.
-Así que usted… (suposición capciosa y sorprendente).
-No. Yo no… (refutación indignada y sorprendida).
-Pero no querrá usted hacerme creer que… (hipótesis inverosímil y hasta absurda).
-No, pero yo… (reconocimiento consternado).
-Usted sabe perfectamente… (lógica, lógica, lógica)..
-Yo no he… (simple negativa a todas luces insuficiente).
-Tiene que reconocer usted que… (lógica).
-Pero… (adversativa apenas si viable).
-Quiero que usted comprenda… (cálidamente humano).
-No.
-De todos modos es inútil que usted… (afirmación de superioridad basada en la experiencia personal de muchos casos).
-Pero… (apenas adversativa con escasa convicción).
-Claro que si usted se empeña… (posibilidad de recurrencia a otras vías abandonando el camino de la inteligencia y la amistosa comprensión).
-No, nada de eso… (negativa alarmada).
-Así que estamos de acuerdo… (superación del apenas aparente obstáculo).
-Bueno… (primer peligroso comienzo de reconocimiento).
-Perfectamente. Entonces usted… (triunfal).
-¿Yo?… (horror ante las deducciones imprevistas).
-¡¡Ya me estoy cansando!!
tiempo.de.silencio@luis.martin.santos
—–
Así podría ser una entrevista bien hecha.
WHISPERS OF FANCY
«Ye who listen with credulity to the whispers of fancy, and pursue with eagerness the phantoms of hope; who expect that age will perform the promises of youth, and that the deficiencies of the present day will be supplied by the morrow; attend to the history of Rasselas prince of Abissinia.»
–Samuel Johnson
UN DISCURSO DESDE EL PRETIL
En casa de un amigo abro un libro al azar por una página al azar y me encuentro éstos párrafos. Como describen perfectamente a los políticos y su ridículo afán de notoriedad en los momentos de tragedia, vienen al caso en estas épocas revueltas.
Agotada la digresión, vuelvo a mi relato. Un mediodía de verano, Miguel Loredo almorzaba con su familia, al aire libre, en la terraza de su casa. Súbitamente cuantos pasaban por el muelle prorrumpieron en angustiosos alaridos. En medio del cauce de la ría, un remolcador había abordado una trainera, mandándola al fondo con sus trece tripulantes. Corría la gente en busca de salvavidas y cuerdas para arrojárselos a los náufragos que, emergiendo, nadaban desesperadamente.
Miguel Loredo, advertido del trance, abandonó la mesa, cruzó sin apresuramiento y con solemnidad el muelle, llevando prendida del cuello la servilleta, como prácticamente se colocaba antes, para proteger corbata y pechera, en vez de ponerla, como absurdamente se pone ahora, sobre las piernas, para que resbale y caiga al suelo.
Irguióse Loredo sobre el pretil, tomándolo de tribuna, se fijó los dorados lentes, se atusó la negra barba, y comenzó, de cara al cauce, un patético discurso, propio de tan críticas circunstancias.
“¡Náufragos –les dijo a los pescadores que forcejeaban en el agua–, tened fe! El pueblo de Portugalete no consentirá que os ahoguéis aquí, a su vista, en su ribera. Le sobran nobleza, gallardía y solidaridad humana para salvaros y, además, se siente impelido por fraterna vecindad, pues sois de Santurce y en momentos como éste deben olvidarse mezquinas rivalidades pueblerinas. ¡Náufragos, tened fe! Santurzanos y portugalujos somos hermanos y como hermanos nos portaremos con vosotros.”
¿Confortó a los pescadores en peligro el discurso? ¡Quién sabe! La elocuencia suele producir efectos prodigiosos. Miguel Loredo tenía figura de Nazareno y, aunque la blanca servilleta bajo la tez morena, desdijera bastante de la indumentaria del Salvador, acaso lo tomaran por éste, y su palabra les infundiera ánimos hasta que salvavidas y cuerdas les ayudaron a sostenerse a flote, en espera de los botes que después recogieron a todos.
Conté yo esta anécdota a Santiago Rusiñol, quien, regocijadísimo, me suplicó que no la divulgase más, pues quería aprovecharla en algún trabajo literario. Debió de olvidarse hacerlo.
–Indalecio Prieto, De mi vida.
BLACKWHITE
…this word has two mutually contradictory meanings. Applied to an opponent, it means the habit of impudently claiming that black is white, in contradiction of the plain facts. Applied to a Party member, it means a loyal willingness to say that black is white when Party discipline demands this. But it means also the ability to believe that black is white, and more, to know that black is white, and to forget that one has ever believed the contrary. This demands a continuous alteration of the past, made possible by the system of thought which really embraces all the rest, and which is known in Newspeak as doublethink.
–George Orwell, 1984
EL ENERGUMENISMO
«El objeto del Energumenismo (nombre de la nueva escuela) es la realización del desorden trepidante por los medios siguientes:
1º destrucción radical del Cosmos tal como existe actualmente;
2º reconstitución de un mundo nuevo sin ningún plan preconcebido (¿por qué los planetas son redondos en vez de adoptar la forma que cada uno de ellos prefiera);
3º confusión completa de todas las leyes físicas y químicas en una sola fuerza que será la anarquía dirigida por el moto-antropos u hombre-automóvil.»
MENOS ROLES, MAS DIFERENCIAS
«Empirically, sex differences in most psychological traits—in personality, sexuality, attitudes, emotions, behaviors, and cognitive abilities—are conspicuously larger in cultures with more egalitarian sex role socialization and greater sociopolitical gender equity. Even sex differences in many physical traits such as height, obesity, and blood pressure are larger in cultures with more egalitarian sex role socialization and greater sociopolitical gender equity.»
Sólo algunos tontos niegan, y seguirán negando, que hay enormes diferencias entre hombres y mujeres. La teoría más extendida dice que no son esenciales y las achaca a la educación en general, a las sociedades que imponen roles. La solución propuesta es eliminarlos, acabar con el trato diferente en la educación y en la sociedad y hacerlas desaparecer, disolver esos molestos moldes en los que nos encasillan. Moldes que supuestamente encorsetan a hombres y mujeres, pero especialmente a ellas, impidiéndoles tener sus propias aspiraciones e intereses y ser como de verdad somos: todos iguales. Read More
INCLINACIONES
«Aquel que tiene inclinaciones hacia la lujuria es compasivo y misericordioso; los que tienen inclinaciones hacia la pureza no lo son.»
—San Juan Clímaco