CINCUENTA O MENOS

A mi, los Payasos de la Tele, Gabi, Fofó y Miliki, siempre me parecieron unos retrasados. Sé que muchos otros niños tenían la misma opinión, lo cual me hacía sentir menos culpable. Con sus narices de goma colorada, las camisetas gigantescas y, especialmente, aquellas canciones con mímica, me parecía imposible que los otros adultos no actuaran de inmediato y ordenaran su internamiento psiquiátrico. Eran los tiempos de la Ley de Vagos y Maleantes y se podía hacer. Sorprendentemente los adultos no sólo no tomaban cartas en el asunto sino que los promocionaban de manera activa. He de decir que no mis padres, que en la mayoría de las cosas me dejaron en paz, permitiéndome circular por la vida a mi aire, pero sí mi abuela que era maestra y muy fan de las influencias en la infancia que marcan para toda la vida, es decir, de la educación. Si eso fuera cierto hoy sería un retrasado, cosa que no descarto al ciento por ciento, si no me hubiera resistido, pasivo y enfurruñado, a repetir los gestos de aquellas canciones y contestarle a gritos a la tele. ¿Cómo están Ustedes? Más adelante me di cuenta que en la escala del retraso los payasos de la tele se situaban más bien de la mitad para abajo. Pero eso fue años más tarde, al descubrir el culmen de la idiocia, dígase Charlie Rivel. Luego de mayor uno descubre el horror, las cámaras de gas y a Dario Fo. La vida pone las cosas en perspectiva y otro vendrá que bueno me hará.

Es una evidencia que la inmensa mayoría de los adultos piensan que los niños son retrasados y así la práctica totalidad de los espectáculos infantiles presuponen un público con CI de 50 o menos. Esto es muy triste, incluso más que de robar. Los niños son inocentes, en el sentido de que no tienen, aún, la confirmación de sus sospechas, es decir que el mundo es una mierda, pero en modo alguno los niños son tontos. Los adultos en general y los actores en particular no han asimilado que CI no se hace, se nace y que de Salamanca no te llevas lo que no traes al llegar.

El espectáculo teatral se fundamenta, dicen, en la temporal suspensión de la incredulidad. Este sintagma cursi se resumen en: voy a hacer como que me lo creo para que me sorprendas. Lo cierto es que funciona y en ocasiones permitimos al actor que, durante un rato, se enamore locamente, sufra lo indecible u odie lo inimaginable. El asunto no es tan fácil ni se produce siempre. Es un pacto, que se sella o no, entre el autor/actor y el público, y ahí está el quid, en que es un pacto. A no ser que seas un retrasado no sellas un acuerdo con quien, al proponerlo, te considera y te trata como un retrasado. He visto algo del cacareado espectáculo de títeres y, en mi opinión, está pensado para un público infantil que apenas existe y que suele estar ya a tratamiento en instituciones adecuadas. Es burdo, maniqueo, simple y poco inteligente. Exige lo que no da. Es un fail en toda regla, lo que se dice una mierda como un piano. Es que pensar Mulan o Buscando a Nemo, no digo hacerlos, no está alcance de un retrasado. Rebajarse, metafóricamente, a la altura de los niños para proponerles el pacto no consiste en hablarle a idiotas, sino en darles esperanzas, explicarles que sus sospechas aún siendo fundadas, eso de que el mundo es una mierda, no abocan a lo inevitable. Incluso los Payasos de la Tele, mira tú, pasando el tiempo han resultado ser individuos respetuosos con los niños.

One thought on “CINCUENTA O MENOS

  1. Yo, a mis hijos, que aún siendo unos sinvergüenzas ya desde pequeños, un día de reyes con toda solemnidad les anuncié lo que ya sabían, pues tenían 15 y 11 años.
    Los reyes no existen, pero la magia sí.
    Que tendrán la suerte de ver momentos mágicos, cosas inesperadas dentro de la basura circundante.
    Y que ellos serán también portadores de magia, y deberán hacerla cuando les toque el momento.
    No he visto, aunque sí oído mucho del asunto de los títeres, pero como soy Vasco de nacencia, no me sorprendo con nada,y que imbéciles ya no caben más pero siguen llegando y apoderándose de las instituciones y de las mentes…

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.