TRUTH OR CONSEQUENCES

Si vas a Nuevo México y te acercas al Río Grande, como hacía John Wayne en sus películas, quizás puedas acercarte a Truth or Consequences, al que de ordinario llaman T or C, por abreviar un poco. Hay pueblos que quizá no vale la pena visitar y esos son los mejores para visitar, porque ir contracorriente tiene su cosa y eso lo saben los habitantes, 6411 en el último censo, de la capital de Sierra County, New México. Aquello se llamaba Hot Springs, NM, nombre anodino por descriptivo dado que hay manantiales de aguas termales, hasta el día 31 de Marzo de 1950, fecha en la que para ganar un concurso de la radio votaron por abrumadora mayoría, 1294 síes contra 295 noes, cambiarle el nombre a T or C. La publicidad, la estrategia de comunicación, lo es todo dicen los que saben, y esta es cosa que ya sabían la inmensa mayoría de los habitantes de Hot Springs, NM, en marzo de 1950. Hot Springs era un pueblo anodino y aburrido y T or C también pero tiene su aquel, el aquel de llamarse Truth or Consequences, el nombre de un programa de radio que luego saltó a la televisión. Uno podría decir, mirando el mapa, que T or C está a la vera, en la ribera, del Rio Grande pero sería mentir. T or C, antes Hot Springs, está a al lado del río como podría estar en otro sitio cualquiera. Ni las casas ni las gentes lo miran ni al rio parece preocuparle que a su vera, en su ribera, se haya instalado una comunidad tan voluble e inestable que le cambia de nombre al pueblo por un calentón. Los de T or C son, creo yo, los típicos americanos que se casan en Las Vegas con una stripper que acaban de conocer, por una apuesta. El Río Grande, cuando deja T or C, se deja remansar en Caballo Reservoir, se pasea por las afueras de Las Cruces y se deja caer hasta esa ciudad partida que es El Paso-Ciudad Juárez, dividiéndola al hacer frontera. El Río Grande, ese que viene desde T or C, es el de los emigrantes ilegales, los alijos de mota y coca y los cadáveres balaceados en las orillas. En el pueblo antes conocido como Hot Springs hay, al menos, dos museos y varios spas de aguas calientes con sus respectivos hoteles que la gente valora positivamente en las webs de viajes. Están el Museo de los Apaches y del Indio Gerónimo y el Museo Militar. Si vas a Tiorsí papá, cuidado con los apaches, no comas foiegras de pato ni vayas a un cabaret si quieres pasar el rato. En Tiorsí, Níu Mécsico, te puedes dejar caer por la calle Camino del Cielo, por ver qué tal. Allí vive Margaret Primrose, que fue telefonista del Proyecto Manhattan en el mismo Condado de Sierra, cuando en el año 45 detonaron una bomba en Arenas Blancas, la primera de la historia. Margaret es pequeña, flaca y reseca, como la tierra en NM y específicamente en Hot Springs, y tiene carita pequeña y de mofletes colgantes, dados de si, como una ardilla o un trompetista de jazz. Ella no votó en el referéndum para cambiarle el nombre al pueblo porque estaba en San Diego, casada con un militar de la cosa atómica y criando tres hijos. A ella estas cosas más o menos le dan igual y su preocupación ahora es ir a misa los domingos, asunto para el cual viene su sobrino Richard a recogerla con puntualidad militar. Después de recorrerlas todas, la Fellowship Alliance Church, la Church of Christ y la Desert Springs Lutheran Church ahora va a la New Hope Revival Church, porque el Pastor González es el que más claramente predica a favor de la resurrección de los cuerpos; prácticamente te la asegura. A cierta edad, en ciertos sitios, si uno encuentra algo que proporciona la más mínima esperanza, se ha de aferrar a ello.

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