UN BESO LARGO

En ocasiones los instintos protestan. Camino y siento revuelto el aire a mi espalda. Pasan a mi lado sombras como posibles causas de un deseo que preexiste. Son rostros borrosos que no son caras sino paisaje. En esas ocasiones quiero sentir yo el aire en la cara y convertir de verdad este paisanaje en paisaje con la ayuda de la aceleración y el estruendo. Subir al coche, llenar el depósito, ver el mundo por los espejos y sentirlo sólo en el ruido del viento que nos despeina. Contar kilómetros, litros, colillas en los ceniceros, insectos en los cristales y amaneceres sobrecogedores.

Llegar y oír el mar tumbado en la arena blanca como en un folio en blanco, notar el sol que pasa, templa y va camino de mandar y abrasar. Sentirte una fotocopia de tu yo de hace diez, quince años. Algo desvaído, algo gastado, copia de un original perdido y que quizá nunca fue tan nítido como recuerdas.

Lo malo de los deseos es que les damos forma de ideas y si una vez funcionan las convertimos en creencias y pronto en ritos. Pueden calmar ansias pero no producen avances. Disparan recuerdos que se deforman. Puto pensamiento mágico, puñetero hombre de las cavernas que vive en nosotros, que nos arrastra a invocar con gestos vacíos pretéritos perfectos en los que no fuimos tales.

Pero me queda el consuelo de la goma de una braga, de unas conchas en la arena, de un río desembocando agua helada y clara, de un sol de panadero que tuesta tickets de la ORA, de un sorbo largo, fresco de cerveza y un beso largo, fresco de una morena.

MADERA DE HEROE

Tengo madera de héroe y vivo con el temor de verme en la necesidad de demostrarlo. Algunos pensarán que cómo es posible que diga esto un tipo que se queja cuando una mujer se empeña en quitarle un punto negro, un tipejo que necesita media hora en el baño para despegarse un esparadrapo con agua caliente. Lo cierto es que una cosa nada tiene que ver con la otra. Cioran, que elevaba un detalle al rango de categoría sin despeinarse, explica que en polaco no hay dos palabras para distinguir al valiente del temerario. Todos son valientes o todos son temerarios, según lo queramos ver. Yo de polaco lo único que sé, porque me lo explicó personalmente una polaca, es que curva, así como suena, es puta, pero me fío de Ciorán y sus lecturas insomnes. Si un pueblo tan civilizado como el polaco, lleno de pianistas, violinistas y actores, y bregado en tantas guerras, invasiones y retiradas, no tiene claro el límite entre una cosa y otra qué vamos a pretender saber nosotros. Esto quiere decir que todos, polacos incluidos, andamos un poco despistados con lo del valor, el dolor y los héroes.

Así me encuentro yo, con las aparentemente incompatibles certezas de tener madera de héroe, temer al dolor más que a la muerte, y al dentista más que a los dos juntos. Conviven al tiempo en mi alma, que es un alma normal, de andar por casa. Cohabitan, que dirían los franceses, que la gozan con los matices. Por si no se han fijado quiero hacerles notar que los héroes somos de natural taciturnos y algo huidizos, como que sin saberlo, pero intuyéndolo, andamos evitando la necesidad de demostrarlo. Somos tipos normalillos hasta que nos toca ser héroes. Y es que ya Schopenhauer dejó dicho que el valor es una virtud de subteniente, dejando claro que es un carisma del que se adornan los mediocres para intentar brillar y medrar. Y no puedo más que darle un poco la razón, porque hacer demostraciones de valía es un poco de pobres. Y los héroes lo evitamos casi por cualquier medio, sabiéndonos vulnerables.

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RUNNING ON AUTOPILOT

«from all the behavioral studies that are coming out of neurology these days, i just don’t see where humans are rational. that truly must be one of the greatest myths of our time. sure, some people are occasionally able to engage in some semblance of logic when they think about certain things, but the vast, vast, vast majority of humans are really running on autopilot — and even those of us who might just possibly have one or two neurons that can string together a logical thought — even most of us run on autopilot most of the time, too.»

hbdchick

MALEVAJE

Malevaje es, junto con Gabinete Caligari, lo único masculino de la Movida. Todo lo demás podría estar bien, incluso muy bien, pero es resbaloso, distante y amanerado. Es un estilo sin contenido, modales sin educación, drogas por diversión y la evidente limitación significado del verbo pensar a qué ponerse. Malevaje brilla en medio de todo eso como el oro en la mierda o la poesía en un bar. Malevaje son zambullirse de cabeza, beber de pié en la barra, hablar lo justo, decir bonito y follar sin condón.

REGULACION DE LA COMBUSTIÓN

La correcta combustión del quemador se consigue ajustando los reguladores de presión y caudal de combustible, presión y caudal del aire soplado, ángulo de los deflectores y posición de la cabeza inyectora de acuerdo con los parámetros de la Tabla A.
Comience girando en sentido horario o antihorario el tornillo (A) con la herramienta que se proporciona en el kit (pág. 3, fig. b) lo que hará que se mueva el fleje (F) hasta que el número correcto para la cabeza inyectora de acuerdo con la Tabla A se alinee con la muesca grabada en la carcasa (pág. 66, fig. a). Una vez establecido el avance del inyector ha de liberarse de su bloqueo el deflector (B) levantando las pestañas (C1) (C2) y (C3), lo que provoca el libre movimiento de la pieza. Con la ayuda de una llave allen 025 (no proporcionada) debe hacer avanzar o retroceder el deflector en el carril de sujeción hasta que el extremo del mismo haga contacto con la camisa cerámica protectora de la cámara de fulguración. Es importante el ajuste correcto pero sin excesiva presión que pueda provocar tensiones y posteriores grietas debidas a las dilataciones del material una vez alcance la temperatura de funcionamiento. Una vez situado el deflector (B) en su lugar debe procederse a bloquearlo de nuevo presionando las pestañas (C1) (C2) y (C3) en éste orden.
Libere el tornillo (D) con un destornillador torx para desbloquear la palanca (V). Con una ligera presión en la palanca en sentido contrahorario la rosca (R) queda libre. Regule, girándola a izquierda o derecha, la presión del combustible hasta que en el manómetro (M) la aguja roja alcance la presión que corresponde a su modelo según lo indicado en la Tabla A. Permita que durante unos segundos la presión se estabilice dejando que los purgadores automáticos liberen el aire que pudiera encontrarse en el circuito. Si la presión baja por efecto del sistema automático de purgación mueva otra vez la rosca (R) hasta conseguir la presión indicada. Vuelva a bloquear la rosca colocando la palanca (V) en su lugar y bloquéela con el tornillo de seguridad (D). Read More

OLAS MÍNIMAS

Algunas horas pasan y uno se siente inocentemente poderoso porque ni le afectan ni le trastornan. Pasan acercándose y se van como vinieron, silenciosas y transparentes, como las olas mínimas de esos mares de aguas calmas y cristalinas que besan playas de arenas blancas. Son horas anodinas, horas standard que se dejan vivir amablemente, sin sobresaltos. Horas que no exigen la atención de la selva o la ciudad, que permiten devaneos con pensamientos brumosamente positivos, bruñidamente satisfechos; horas en las que, sin planearlo, un futuro de moderado entusiasmo se hace posible.

EL CULO SOLITARIO

El culo solitario pasa y muere. Lentamente se va acostumbrando a la indiferencia, a la distancia. El culo solitario gira la esquina y cae en el irremediable olvido. El culo solitario acaba como el farero, lejano y olvidado, pero sin vistas al mar. Y al igual que del farero nos acordamos cuando, ya muerto, se convocan las oposiciones para cubrir la plaza, del culo solitario nos acordamos cuando aparece otro culo en el horizonte con una braga blanca como una vela alegre, curva y tensa por el viento.
Y es que, como los bebés que en los orfanatos mueren sanos sin faltarles nada salvo amor, los culos mueren por falta de cariño. Un culo sin atenciones morirá irremediablemente. El culo inclusero y solitario es un culo muerto, muriendo, o en el camino a la muerte. Sin un ojo atento que lo siga, sin una mano lasciva que lo resiga, sin palabras que lo acaricien, es un culo mustio y mohíno.
Un culo así es un culo triste aunque cada uno a su manera, como las familias, que son infinitamente originales en sus desgracias. Eso sí, los ves a lo lejos y no hay otros culos ni otras manos cerca, ni siquiera a lo lejos pero en ruta de colisión. Cuando pasan no hay miradas de esas que impactan en los culos como azotes o suspiros que resuenan como silbatos de afilador.
Éstos son culos como cóndores, que vuelan alto y solos en capas frías de la atmósfera, lejos del radar. Están, cómo no, pero como si no estuvieran. Esos culos a veces bajan pero, como el cóndor, se colocan en un risco, para huir volando sin esfuerzo dejándose caer desde lo alto, como se lanzan a las piedras los fareros, hartos de mirar el mar soñando en navegar, aprovechando ese instante oscuro entre destello y destello.

FELIZ NAVIDAD

Feliz Navidad a todos con independencia de su sexo, género, raza, edad, religión, credo o creencias, ideología, nacionalidad, vecindad civil y residencia. Incluyo expresamente a los confusos respecto de su identidad sexual, a los gays y lesbianas, a los que padecen o disfrutan estados intersexuales y transgénero, a los parafílicos, fetichistas, asexuados y célibes voluntarios o involuntarios. A todos los negros de todos los continentes, a los orientales de todas las variedades, caucásicos y amerindios; a todos los grados de mestizajes y fusiones y a los lujuriosos que los propician. A todos los cristianos, sean católicos o protestantes en sus infinitas variedades, a los evangelistas, mormones y sectas derivadas; a musulmanes sunníes, chiíes, sufíes y otras corrientes menores; a judíos ortodoxos, moderados y descreídos; hinduístas, budistas, sintoistas y animistas; a todas las creencias y religiones menores incluso las delirantes, con un especial recuerdo a los que esperan la salvación escapando en naves extraterrestres y a los pastafaris. A los apostatas, a los conversos y descreídos de cualquiera de esas religiones. A los confusos, a los agnósticos, ateos y los que confunden los conceptos. A los que rezan a dios y a los que se cagan en él. A los ancianos que han pasado los límites de lo razonable, a la tercera edad en pleno, a los jubilados que miran las obras o los trenes, a los prejubilados que coleccionan sellos y los DVD de los dominicales, a los de mediana edad canosos o teñidos, a los de la crisis de los 50, de los 40 y de los 30, a los veintegenarios, a los adolescentes, teenagers, niños y bebés, a los concebidos y no nacidos y a los óvulos fecundados y no implantados. A los anarquistas, a los liberales, socialdemócratas, a los de derecha, izquierda, comunistas variados incluídos norcoreanos recalcitrantes, a descreídos, revolucionarios, conservadores, populistas y a los bunga-bunga. A los jóvenes inmaduros y los ancianos prematuros de las juventudes de todos esos partidos. A los solteros, casados, separados, divorciados, arrejuntados, viudos, poliamorosos, fieles e infieles. A los de todas las naciones, incluidos andorranos, finlandeses y abjasios, a los emigrantes regulares, irregulares e infiltrados, a los refugiados, a los apátridas, asilados, perseguidos y turistas con o sin cámara. A los de las ciudades, aldeas y pueblos, con un recuerdo especial para los del mío, los de Cabra y los de Calatayud. A los continentales, peninsulares e insulares. A los nacionalistas, a los internacionalistas, europeistas, iberistas, americanistas, a los de la doctrina Monroe, a los que propugnan la reunificación de China y a los taiwaneses que se resisten; a los independentistas de todos los terruños, a los pacifistas y revolucionarios. A los cultos, a los que lo aparentan, a los no instruidos y a las castas dirigentes, a las castas wannabe, a los sacerdotes y sus arreglos, a los animalistas y a los vegetarianos, toristas, toreristas y taurinos. A los que pagan impuestos, a los que viven del presupuesto, a los defraudadores y si hay alguien que no lo es, pues también a ese. A los buenos, a los malos, a los indecisos, a los que dudan, a los que unas veces si y otras no, a los inocentes y a los culpables de palabra, obra y omisión. A las ovejas descarriadas, a las negras y a las contentas en su rebaño. A los mentirosos, a los piadosos, a los que juran por Dios y los que prometen por su honor, a los perjuros y los que caiga quien caiga. A los solitarios, anacoretas, misántropos, misóginos, andróginos, modernos, solitarios, insatisfechos y aburridos. A los sentimentales, a los insensibles, a los autistas y los maníacos, a los depresivos y los tristes por pose. A los que parecen felices y a los que lo son, a los que no, y a los que nunca lo lograrán. A los científicos y los poetas, a los músicos y los sordos. A los de Pepsi y los de Cocacola, a los de Colacao y Nesquick, a los del Barça y del Real, a los de Adidas y Nike, a los de Mac y Pc, a los de Canon y Nikon.

Feliz Navidad a todos, que nos hace falta. Porque la vida es una lavadora que nos va comiendo los calcetines y todos acabamos con la misma cara de tonto perplejo.

PS: Por estrictos motivos estilísticos y a fin de no hacer más confuso un texto que ya de por si lo es mucho, se ha optado por una redacción políticamente incorrecta y propia de la caverna heteropatriarcal del siglo pasado. Se ruega por ello que los sustantivos en masculino se lean mentalmente también en femenino y, en el mismo modo, si no es demasiado esfuerzo, se les adjudique el artículo y el adjetivo, si en la frase los hubiere, en adecuada concordancia en género y en número. Igualmente, donde en el último párrafo dice calcetín entiéndase que comprende a las medias pero, por un insalvable choque con la realidad, lamentablemente no a los panties.

ES HORA

Es hora de planchar manteles, brillar la plata, sacar la vajilla, abrir el vino, enfriar el champán, calentar el horno, encender las velas, avivar la chimenea, poner la mesa, elegir la ropa, limpiar los zapatos, perfumar el sobaco, lavar los dientes, alijar el hielo, preparar el whisky, hacer balance, cerrar los ojos, querer a los que quieres y decírselo al oído.