ÉSTOS SON LOS MÍOS

Con poco tiempo. Con muchas ganas. Camino por aceras atestadas pero me siento caminar por el centro de la calzada. Vacía y callada, como una playa negra, como mi alma. Camino en la dirección correcta, sabiendo sin pensar hacia dónde andar. Tengo un compás en el alma, un GPS en la carne. Me oriento sin mirar como una paloma mensajera, enamorada. Las cosas pasan a mi lado o yo al de ellas y soy yo hoy quien las obvia, cuando son siempre ellas quienes nos ignoran, inmóviles y calladas. En este instante no pertenecemos al mismo universo, por más que lo afirmen las matemáticas.

Cruzo una avenida y siento que me acerco y aflojo el paso. Despacio disfruto los prolegómenos de una noche de sudor. Nadie sabe de verdad cuándo se empieza, qué cosas son el principio de follar. Acercarme a tu calle, ver los árboles que dejan caer hojas o dejar, en el baño, caer la hoja de afeitar. Llamar al timbre de tu piso o colgar la llamada con la que me llamas. Sonreír a la sonrisa que abre la puerta o enterrar la cara en tu pelo al besarte el cuello.

Llevo un rato follándote. Quiero que lo sepas, por si tardara en llegar. Y porque con los principios cada uno hace lo que le da la gana y estos son los míos y no los puedes cambiar.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.