TENGO UN PLAN

Camino muy rápido, rapidísimo. Camino con la lengua fuera, corro casi. Esquivo personas, postes, papeleras, esquivo viejas, perros y niños. Cruzo calles con semáforos en rojo, atravieso plazas en diagonales, zigzagueo entre el tráfico de avenidas, aprovecho callejones. Cruzo puentes peatonales y esquivo modernos en el carril bici.

Miro al frente calculando mis movimientos para evitar todos esos obstáculos, previendo las trayectorias de los móviles y calculando velocidades de alcance a los inmóviles. De algún modo la fórmula matemática que describe el tráfago de esta ciudad está siendo computada en algún punto de mi cerebro.

Al tiempo soy consciente, muy consciente, de los muchos movimientos de mi cuerpo, de las partes de mi cuerpo. Las tensiones de pies y brazos, los músculos de las piernas, la respiración, el mucho aire que entra y sale rítmico y que me reseca, la fatiga que todo ese esfuerzo está generando. Inconscientemente intento mantener un ritmo que se ve alterado, se adapta, para evitar colisiones, optimizando el recorrido en distancia y tiempo.

Acelero o reduzco la velocidad para formar parte de la ecuación que describe esta realidad compleja, para integrarme en ella sin aberraciones. Ajusto mi fórmula personal para que encaje en la general. Que de ellas no resulten dos cuerpos intentando ocupar el mismo punto del espacio en el mismo instante.

La percepción de minúsculas variaciones de presión en un pié, en la posición de la cadera, en la verticalidad de mi tronco es necesaria para empujarme un centímetro a la derecha y esquivar un anciano, para librar por un palmo de tropezar con la escalera de un operario.

Gozo de esta velocidad, de este automatismo. Disfruto de vivir, ahora, en esta especie de nivel superior de consciencia. Respiro en otro plano de la realidad, tengo un ansia, un objetivo, una meta. Se a dónde voy, sé porqué. Soy un cazador prehistórico, un fugitivo, un piloto de formula uno, un animal acosado. Todo en mí está alerta, atento, expectante, preparado. Tengo un plan, lo estoy ejecutando y nada conseguirá apartarme de él.

Ella me me espera y en minutos estaré en su cama.

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