DESTRUIR LA CIVILIZACION

Las reglas están para romperlas, que al fin y al cabo a eso se reduce la libertad. Sin embargo la experiencia nos dice que algunas son eternas y deberían estar cinceladas en mármol. Olvidarlas es destruir la civilización. Una es expresar a una mujer un deseo sexual insincero o burlón. Aquí caen la mayoría de los piropos que sólo son adornos que se hacen los hombres a costa de las mujeres. Otra es abusar del perfume. A una mujer perfumada debe poder olérsela no más allá del otro lado del velador de un café. A un hombre en el momento de abrazarlo para
bailar.
Preservemos los valores de Occidente, guarradas veraces y serias y perfume escaso.

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